ALFONSO X CONQUISTA NIEBLA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Tras la conquista de la ciudad de Sevilla, una de las grandes capitales del imperio almohade, los musulmanes todavía conservaron en la Península una serie de posiciones. Granada, cabeza de un emirato que perduró hasta 1492, es la más conocida, pero la taifa del Algarbe se mantuvo hasta 1262. Estuvo gobernada por Ibn Mahfuz, que tuvo que enfrentarse a las ambiciones de la poderosa Castilla.
La capital de la taifa era Niebla, y su estratégico territorio también suscitaba las apetencias de Portugal. Nadie ignoraba su importancia para el dominio del estrecho de Gibraltar y para emprender la conquista del Norte de África.
No resulta nada extraño que Alfonso X convocara a sus vasallos y emprendiera el asedio de una Niebla bien defendida por una sólida muralla con torres de piedra. Los castellanos se tuvieron que emplear con máquinas de asedio, los llamados ingenios. Además, Niebla estaba bien abastecida y protegida por una población numerosa.
El asedio se prolongó, y a los siete meses el real o campamento de los castellanos fue atacado por una plaga de moscas que desataron la enfermedad. Todo estuvo a punto de perderse, pero dos frailes le encarecieron a Alfonso X que no desistiera de su empeño. Recomendaron que los sitiadores se aplicaran primero a aniquilar a las moscas, pagándoles a razón de dos torneses de plata por cada almud que completaran. Los más modestos llenaron hasta dos silos viejos, y la situación sanitaria mejoró en el real.
Ibn Mahfuz se fue quedando sin provisiones. Po ende, a los nueve meses solicitó merced de capitular. Saldría a salvo con los suyos y sus pertenencias, y se reservaría unas heredades a cambio de Niebla y la tierra del Algarbe. Alfonso X le concedió cerca de Sevilla la heredad sevillana de Algaba con el diezmo del aceite, la huerta del rey en Sevilla y ciertas rentas sobre la judería hispalense.
Muchos núcleos de la caída taifa prosiguieron durante cierto tiempo poblados por musulmanes, pero su final alertó a los musulmanes de la Península sobre las últimas intenciones de Alfonso X.
Para saber más.
Alejandro García Sanjuán, “La conquista de Niebla por Alfonso X”, Historia. Instituciones. Documentos, nº 27, 2000, pp. 89-112.