A 200 AÑOS DE LA EMANCIPACIÓN. Los amerindios ante la independencia.
Su suerte y su gran expansión por el mundo hicieron de España uno de los imperios más fuertes de la Historia.
El descubrimiento, conquista y colonización del Nuevo Mundo desde 1492 supusieron una gran fuente de riqueza para España. América sufrió sobreexplotación, acusándolo la población amerindia. Paralelamente España se sumió en guerras y en fuertes problemas políticos y económicos con otras potencias europeas.
En la extracción de la riqueza americana fue esencial la explotación de las comunidades amerindias, especialmente las procedentes de los antiguos dominios azteca e inca. La acción de la Iglesia y de la corona no consiguió aplacarla. Los propios corregidores encargados de hacer cumplir las leyes a los grandes potentados de origen europeo se sumaron a la explotación.
El descontento y el recuerdo del antiguo esplendor condujeron a la gran rebelión de Túpac Amaru en el Perú de 1781, que fracasó ante la resistencia de los españoles americanos o criollos, que no titubearon en secundar a las autoridades virreinales.
A partir de este momento los amerindios peruanos no secundaron el independentismo criollo, y muchos de ellos combatieron en las tropas reales españolas, en vivo contraste con lo acaecido en México. Allí se sumaron en 1810 al movimiento acaudillado por el cura Hidalgo. Tanto en México como en el Perú los criollos vieron con temor toda participación amerindia.
Pese a reclamarse herederos de la vieja gloria prehispánica, las nuevas repúblicas criollas nunca pretendieron dar voz y voto a los amerindios, que encontraron amenazadas sus tierras comunales y con frecuencia negados sus derechos cívicos. El propio Simón Bolívar llegó a restablecer el tributo indígena ante las necesidades bélicas. La Emancipación no mejoró mucho su suerte.
Mientras esto acontecía en el interior de la antigua América española, en sus fronteras se entabló una reñida lucha entre los nuevos poderes republicanos y los pueblos amerindios independientes. Chile acometió una guerra sistemática contra los araucanos del Sur del río Biobío. La Argentina de Rosas combatió denodadamente a los indígenas de la Pampa. Apaches y comanches atacaron a México tanto como a los Estados Unidos. Al menos en Hispanoamérica, a diferencia de Angloamérica, el indigenismo no fue exterminado gracias al mestizaje iniciado desde la Conquista.
Hugo Gómez Yagüe, Enrique González Redondo, Rubén Martínez Parreño, Mauricio Molina García, Marcos Pedrosa Gómez, Jorge Ricciutto García y Jorge Sáez Sánchez.